lunes, 2 de mayo de 2011

Barrett - Syd Barrett 1968









Qué hay de nuevo, bloggers ?






Espero que la hayáis cuidado cuerpo y alma durante esta pasada Semana Santa.

El disco que os voy a presentar hoy tiene mas de cuarenta años. Toda una reliquia y un clásico, aunque de los llamados minoritarios.

BARRET – SYD BARRET 1968

Si el disco que te pones a escuchar en un momento dado es el reflejo de tus ánimos en ese preciso instante, ahora mismo estoy totalmente evadido y debajo de un nubarrón gris que está a punto de descargar una tormenta.
Y es que la escucha de este disco en solitario del mítico co-fundador y líder de Pink Floyd evoca dispersión y lucidez a partes iguales, pero con un mismo hilo conductor en todas sus canciones : la locura y la psicodelia. Y no es para menos.
Para los que no conozcáis la historia de Syd Barret, sabed que fue apartado del liderazgo de Pink Floyd por sus propios compañeros tras conseguir el éxito con sus dos primeros LP’s,a causa de sus problemas con las drogas y por un galopante proceso de demencia que estaba sufriendo. Dicho en pocas palabras, para que lo entendáis todos y para no alargarme mas de la cuenta, decir que Syd Barret, en plena explosión del LSD debió tener un par ( de decenas ) de malos viajes de ácido y su lado racional del cerebro quedó anulado por la locura y el sinsentido, por lo que sus compañeros de banda decidieron, con mucho dolor, quede dicho, apartarlo del grupo ya que se había convertido en una losa para una banda que se iba a comer el mundo.
Syd, antes de perder el contacto por completo con el mundo real y, por supuesto, de la vida pública, grabó un par de LP’s totalmente geniales, teniendo en cuenta el estado en que se encontraba. Y es que hay que reconocerlo, Syd fue el auténtico gurú del estilo y sonido revolucionario de los primeros Pink Floyd, junto a Roger Waters.
Los especialistas consideran este disco, BARRET, como la última obra de Pink Floyd con Syd, ya que en este disco participaron activamente en la instrumentación y producción sus ex compañeros.

Este es un álbum, que, aunque irregular, tiene tres o cuatro momentos increíbles, rotundamente geniales, dignos de un artistazo como él, y que reafirma l oque muchos entendidos dicen : si no hubiera enloquecido, probablemente hoy en día, Pink Floyd ocuparía el sitio de los Beatles en el trono de mejor banda de la historia.
Y es que, con temas como el que abre el disco, Baby Lemonade, una obra maestra de pop psicodelico y perfecta sonoridad, la teoría de la que he hablado anteriormente, resulta mas creíble.
Con “Love Song”, Syd consigue una melodía de piano magistral, ensoñadora, fresca y muy sencilla.
Con los dos siguientes temas empiezan los nubarrones grises, la niebla, la locura psicodélica. Pop bañado en ácido.
Con “Rats”, un intento de mezcla de blues y actitud punk, pone la única muetra de mala leche del disco.



Y el otro momentazo del disco es Gigoló Aunt. Influencia total del kraut-rock que venía de Alemania, bases muy marcadas de bajo, de hammond, y unos riffs afilados de fondo y con un solo de guitarra desfasada en los últimos dos minutos…
El último momento cumbre del disco viene con “Wined and Dined”. Una preciosa nana que puede hacer meterse en la cama a la peor fiera de la noche.
Recuerdo, que de esta canción dije :”tío, esta es la canción mas bonita del mundo” en la primera audición del disco, con un amigo y con varias cervezas de por medio. Gran recuerdo.

Espero que para los que no conozcáis a Syd Barret, este blog os haya abierto el mundo de fantasía y de locura de este geniecillo londinense.

Descanse en paz, Syd….









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